La situación en la capital de Morelos es difícil, los conflictos crecen uno a uno, problemáticas sociales y desencuentros políticos dentro y fuera del Ayuntamiento se viven un día sí y el otro también.
Las acusaciones en contra del presidente municipal por un enriquecimiento injustificado, hacen más complejo el panorama, ahora no sólo pesa la inoperancia política y administrativa, sino que se vislumbran actos de corrupción, excesos y abusos en el manejo de los recursos públicos, tanto así, que la Fiscalía Anticorrupción ya ejecutó una orden de cateo en las oficinas del ayuntamiento, señaló Barrera Hernández.
Hay una constante en el comportamiento del edil. Ante los problemas, descalifica y minimiza, después da evasivas y juega el papel de víctima. En el tema de esta investigación que arrastra por enriquecimiento ilícito, se escuda y acusa uso excesivo de la fuerza, “que lo traen de encargo”, y que la denuncia fue interpuesta por personas rencorosas que fueron despedidas por cometer ilícitos dentro del ayuntamiento.
Lo lógico para cualquiera que se dice libre de culpa, es mostrar disposición y aportar pruebas para aclarar su situación. Pero por su comportamiento, se podría asumir que no las hay. No hay manera de explicar el origen de los recursos con los que compró lo que se le imputa.
Y sumado a la investigación al interior de la comuna, los conflictos sociales para el municipio no cesan, los problemas en SAPAC, la falta de solvencia económica, el nulo diálogo con los comerciantes. Hoy que la situación económica es apremiante para todos, el municipio no da soluciones. Una vez más se hace evidente la falta de pericia política, la inexperiencia en la administración pública y la falta de sensibilidad, lamentó Omar Barrera.
¿No sería momento de que el presidente municipal se separe del cargo para permitir una investigación clara?
