Del año 2018 a la fecha han sido asesinados siete sacerdotes católicos y además se ha recrudecido el secuestro y «cobro de piso» a manos del crimen organizado.
En este mismo periodo se reportaron 24 agresiones semanales contra templos y congregaciones católicas.
Los ilícitos van desde el robo común, ataques con fines de profanación, agresiones directas contra sacerdotes y líderes de comunidades católicas, así como homicidios.
Se destaca que en el 2022 se registraron alrededor de 800 extorsiones, amagos y amenazas contra sacerdotes en el País.
El motivo de estos delitos tiene que ver con fraudes y apropiación ilícita de recursos.
Tan sólo esta semana, José Dorian Piña Hernández, seminarista de Zacatecas fue asesinado a balazos.
El reporte es elaborado por el Centro Católico Multimedial.
Con información de Excélsior y La Jornada