El Año Nuevo Lunar es el feriado más importante del calendario chino, un momento para reunirse con la familia, reconectar con amigos y disfrutar de la comida y la bebida.
Se cree que cada año del zodiaco lleva las características de su animal, y el Año del Conejo está considerado como uno de calma y contemplación, un buen momento para formar alianzas y, para muchos, esperanzas de volver a ganar dinero.
Este año es especial para muchos en el territorio continental chino porque sigue al levantamiento el mes pasado de las draconianas restricciones contra el Covid-19, lo que permitió retomar muchos aspectos de la vida normal. Sin embargo, la repentina apertura provocó un pico de nuevos casos, aunque lo peor parecía haber pasado al menos en Beijing, y la mayoría de la gente parecía conforme con vivir con un cierto riesgo.
Buena parte de las celebraciones supone visitar templos y prender varitas de incienso. Esas actividades suelen ir acompañadas de animadas ferias y mercados en los templos en los que se ofrecen productos de artesanía y delicias de temporada.
Además de las sociedades de gran mayoría china en la China continental, Hong Kong, Macao y Taiwán, el festival se celebra también en Corea del Sur, Vietnam y en las comunidades chinas en el extranjero en países como Tailandia, Indonesia y Malasia.
En China, el rojo es el color estrella en las celebraciones, mientras que, en Corea del Sur, la gente escribió sus deseos para el próximo año y los colocó en una cerca. Las medidas contra el COVID-19 en China duraron tanto tiempo que muchos niños pequeños celebraban el Año Nuevo Lunar con normalidad por primera vez.
Con información de Agencias